Crónica de la Fiesta del Judas 2019

El viernes santo se rellenó el judas de paja donada por el ganadero del pueblo, y posteriormente se colgó en el campanario, ante la expectación de niños y niñas del pueblo.


Para que pasase la noche previa a su castigo final, se quedó relativamente cerca del suelo, lo que dio pie a que Antonio Barrero nos contase una anécdota transcurrida hace varias décadas cuando los jóvenes del pueblo cercano de Ventosa de San Pedro se aprovecharon de similar circunstancia para robar el Judas del campanario y llevárselo a su pueblo, con el consiguiente enfado y estupor de los zorreros/as al observar la desaparición del muñeco.

El sabado santo, un nutrido grupo de zorreros y zorreros recorrió todo el pueblo en animado y ruidoso desfile encabezado por el condenado por traidor, transportado en un carretilla empujada a turnos por los voluntariosos miembros del cortejo.
Botellas de anís, cacerolas, cucharones y similares instrumentos de percusión fueron la banda sonora que acompañó al reo muñecote. 



Después de dos días de lluvia interminable la mañana del sábado fue soleada, lo cual fue un aliciente para que la comitiva fuese animada y concurrida. Pese a que parecía que no había nadie en el pueblo, finalmente fueron 20 las casas por las que ha pasado la cuestación, con una jugosa recaudación en especies y en metálico al son del tradicional cántico de esta celebración:" No me vengas con excusas y mentiras, que bien sabe Dios que te ponen las gallinas". Posteriormente se ejecutó la sentencia del pérfido traidor que tuvo el esperado y ardiente final en la era ante la expectación de los más peques.


El colofón a la jornada vino con la animada merienda-cena en la escuela en la que participaron 36 adultos y 12 niños dando cuenta de las numerosas viandas recogidas a la mañana así como de unos deliciosos choricillos fritos.


Vista la cantidad de peques que ha participado la continuidad de esta fiesta parece garantizada.



Pilar Redondo García.

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