Fiestas patronales: 15 y 16 de agosto.

FIESTAS PATRONALES. DÍA DE LA VIRGEN Y SAN ROQUE.

Las principales fiestas del pueblo son en agosto, los días 15 y el 16 de este mes. Describimos aquí su desarrollo y sus posibles orígenes asociados a la historia de nuestro pueblo.

El 15 de agosto en la santoral cristiana es el día de la Asunción de la Virgen María. Coincide con el día que más localidades de España tienen fiesta.

El día de la Virgen se viene celebrando por la cristiandad desde el S. VII, celebra el día que la Virgen María asciende a los cielos. También conocida previamente como la Virgen del Tránsito, fue establecida en Roma por el Papa Sergio I. Parece ser que, como otras fiestas, la religión católica readaptó una fiesta de origen previo, en concreto la festividad de la diosa virgen romana Diana (diosa de la naturaleza y protectora de los animales) que se celebraba con la luna llena de agosto, en el entorno de la mitad de agosto.

Para esas fechas en nuestra Tierra la siega y cosecha de cereales solía estar acabada. Además, una zona donde la ganadería lanar y trashumante era la principal actividad hasta los años 60 del S. XX, coincide con la estancia de todos esos pastores y mayorales en los agostaderos de Tierras Altas.

En Matasejún, el formato de la fiesta consiste en un acto religioso a media mañana, con procesión de la Virgen María hasta la Ermita de San Roque, y posterior punto de encuentro en la plaza con vermú popular.

Comienzo procesión 15 de agosto de 2016. Foto: Asociación de Matasejún. 
 

Por la tarde entre otros juegos populares como la pelota o los bolos, se celebran el Concurso de Rosquillos, y el Correr el Rosco. Algunos de los últimos años la asociación ha organizado una verbena popular. Y además suele ser la tarde de los juegos infantiles, hinchables y chocolatada.

Juegos infantiles tradicionales 2019. Foto: Asociación de Matasejún. 


El día 16 de agosto es el día grande de las fiestas patronales, San Roque, patrón del pueblo, aunque curiosamente la Iglesia del pueblo está consagrada a Santo Domingo de Silos[1], y además cabe citar que el primer templo cristiano del pueblo documentado (año 1183) es la Ermita de Santa Marta[2]. Quizá algunos sucesos a lo largo de la historia de nuestro pueblo provocaron en el S. XVII el cambio de patrón o patrona, ya que está comprobado que en el S. XVI no existía la ermita de San Roque en Matasejún. Tampoco hay que olvidar citar que la patrona de toda la histórica Villa y Tierra de San Pedro era y es la Virgen de la Peña en San Pedro Manrique.

El patrón San Roque[3] es venerado ese día con la procesión que se realiza a media mañana hasta su Ermita, situada a las afueras del pueblo. Desde 2001 se añade en la celebración la Fiesta de las Móndidas y Mozo del Ramo, realizada hasta 1966 en el día de la Trinidad, pero recuperada y mantenida agosto, al ser una fecha con más poder de convocatoria que la de primavera.


Procesión del 16 de agosto de 2019. El patrón con el mozo del ramo y las móndidas siguiéndole. Foto: Asociación de Matasejún. 

Ese día grande de las fiestas se hace un vermú popular en La Escuela, con posterior música en la plaza. Así mismo, suele ser habitual la celebración de comidas familiares, y cerrar la jornada con una orquesta en la plaza, hasta altas horas de la madrugada.

[1] Santo nacido en Cañas, aldea perteneciente a Nájera en el año 1.000, y a su vez perteneciente entonces al Reyno de Pamplona. Después de ejercer de pastor se convirtió a la vida sacerdotal, promocionado por el obispo de Nájera al darle el presbiterado siendo muy joven. Posteriormente decidió dedicarse a la vida eremítica en los montes de Cameros. Finalmente ingresó en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla (actual La Rioja) donde llegó más adelante a ser nombrado prior, pero un conflicto con García V el de Nájera, rey de Pamplona (1035-1054), le hizo refugiarse en el Condado de Castilla, en Burgos, donde atrajo las simpatías del obispo de Burgos y de Fernando I de Castilla (1035-1065), quién le propuso para restaurar como abad el monasterio de San Sebastián de Silos (Burgos), fundado por Fernán González. Considerado ya en vida como un santo, a su muerte (1073) recibió culto como tal; el monasterio que guarda sus restos tomó su advocación, denominándose en lo sucesivo Santo Domingo de Silos. Sus supuestos milagros le merecieron le hicieron muy adorado en el siglo XI; liberando con sus “apariciones milagrosas” a muchos cristianos que se encontraban cautivos en manos de los musulmanes. Su fiesta se celebra el 20 de diciembre.

[2] Existen dos Martas en la santoral, E. Alfaro indica en su artículo de 2015 que la titular de la ermita zorrera podría tratarse de Marta de Astorga (S. III) pero, por otro lado, E. Aznar en un estudio de fotografía de la figura de Matasejún parece indicar que con bastante seguridad se trata de Santa Marta de Betania, que se menciona en los evangelios de Lucas y Juan siguiendo a Jesús, junto con su hermana María, ambas hermanas del resucitado Lázaro. Según la leyenda venció a un terrible dragón en Tarascón (de aquí viene la Tarasca) con el hisopo (utensilio de metal para esparcir el agua bendita). Esta Santa Marta es la patrona de lavanderas, sirvientas, hosteleros y sobre todo del hogar. Testigo de la resurrección de Cristo, se la presenta con los utensilios de ungir mirra.


[3] San Roque era hijo del gobernador de Montepellier (en la costa sur mediterránea de Francia), nacido en 1295. Durante la epidemia de peste que se desató por aquella época en la actual Italia (1348), se dedicó a asistir a los enfermos y consiguió curar a muchos más tan sólo con hacer sobre ellos la señal de la cruz. En Piacenza, trabajando en uno de los hospitales, el santo contrajo la mortal enfermedad, decidiendo trasladarse a las afueras de la ciudad, instalándose en una caverna. Sin embargo, un perro lo alimentó milagrosamente, y el dueño del animal acabó por descubrirlo y atendiéndole. Una vez recuperado volvió a la ciudad donde se dice que curó milagrosamente. Finalmente volvió a su Montepellier natal donde su familia no lo reconoció y lo dejó abandonado, siendo arrestado y encarcelado, donde falleció. Su culto y popularidad se extendió al obrarse, dicen, en su tumba muchos milagros, invocando a San Roque frente a la peste que asoló Europa en el siglos XIV. La vuelta de la epidemia en el S. XVII hizo disparar su culto en Europa, llegando a construirse un oratorio a ese santo en cada población afectada. En Matasejún tenemos nuestra ermita de San Roque. Se suele representar, como en Matasejún, con la herida de la peste en un muslo, y el perro a su lado.

Autoría: Asociación de Matasejún. 

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